El impacto de la salud mental en la gravedad y secuelas del Covid-19
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El impacto de la salud mental en la gravedad y secuelas del Covid-19
Las enfermedades psiquiátricas preexistentes pueden aumentar el riesgo de un Covid-19 grave, mientras que la infección deja secuelas neurológicas y psicológicas a largo plazo.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 28 febrero 2025
Desde el inicio de la pandemia, se ha estudiado el impacto del Covid-19 en distintos órganos y sistemas del cuerpo humano, pero una conexión que ha cobrado especial relevancia en los últimos años es la relación entre la salud mental y la gravedad de la enfermedad. Algunas investigaciones han identificado que la infección puede desencadenar problemas psicológicos duraderos, como ansiedad, depresión o deterioro cognitivo.
El vínculo entre el Covid-19 y la salud mental se manifiesta en dos direcciones: por un lado, las personas con enfermedades psiquiátricas parecen ser más vulnerables a desarrollar cuadros graves cuando se contagian con SARS-CoV-2; por otro, quienes superan la infección pueden quedar con secuelas neuropsiquiátricas que afectan su calidad de vida a largo plazo. Estos hallazgos están obligando a los especialistas a replantear la manera en que se abordan tanto el tratamiento como la prevención del virus, dando mayor importancia a la salud mental como un factor determinante en la evolución de la enfermedad.
Ansiedad, depresión o trastornos psiquiátricos
Diversos estudios han revelado que los pacientes con antecedentes de ansiedad, depresión o trastornos psiquiátricos graves tienen más probabilidades de desarrollar Covid-19 en su forma severa. Un artículo publicado en The Lancet Psychiatry analizó a más de 236.000 personas recuperadas de la infección y encontró que un tercio de ellas recibió un diagnóstico psiquiátrico o neurológico en los seis meses posteriores a la enfermedad. Además, se observó que la tasa de hospitalización y mortalidad era superior en aquellos que ya padecían trastornos mentales previos.
Este fenómeno podría explicarse por múltiples factores. Uno de ellos es la inflamación crónica, un proceso que se ha relacionado tanto con enfermedades psiquiátricas como con una mayor susceptibilidad a infecciones graves. También se ha sugerido que algunos pacientes con problemas de salud mental pueden tener menor acceso a la atención médica o dificultades para adherirse a los tratamientos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones en caso de contagio.
La tasa de hospitalización y mortalidad era superior en aquellos que ya padecían trastornos mentales previos
No obstante, la relación entre el Covid-19 y la salud mental no se limita a los factores de riesgo previos a la infección. La propia enfermedad puede dejar secuelas psicológicas duraderas, incluso en personas que no tenían antecedentes psiquiátricos. Síntomas como ansiedad, depresión, insomnio y deterioro cognitivo han sido ampliamente documentados en pacientes que han superado el virus, y en algunos casos persisten durante meses o incluso años.
Investigaciones recientes han señalado que el llamado ‘Covid prolongado’ (Long COVID en inglés) incluye manifestaciones neuropsiquiátricas como problemas de concentración, confusión mental y fatiga crónica. Un estudio realizado por la Universidad de Oxford encontró que hasta un 25% de los pacientes con secuelas post-Covid han tenido que modificar o abandonar su empleo debido a la afectación cognitiva persistente.
Abordaje integral
El reconocimiento de la relación entre salud mental y Covid-19 obliga a replantear las estrategias de prevención y tratamiento de la enfermedad. La identificación temprana de factores de riesgo psiquiátricos en pacientes con Covid-19 puede ser clave para mejorar su pronóstico y evitar complicaciones severas.
Asimismo, se vuelve imprescindible garantizar el acceso a tratamiento psicológico y neurológico para aquellos que han desarrollado secuelas tras la infección. En este contexto, el papel de los profesionales sanitarios, incluidos médicos, psicólogos y farmacéuticos, será crucial para brindar una atención integral que contemple tanto la recuperación física como la salud mental de los pacientes.