Medicamentos termolábiles y el rol fundamental del farmacéutico
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Medicamentos termolábiles y el rol fundamental del farmacéutico
La conservación adecuada de los medicamentos sensibles al calor o termolábiles es muy importante para no poner en riesgo su eficacia y seguridad. En esta labor los farmacéuticos también son clave, te contamos porqué.
Escrito porRedacción MF
Publicado: 25 julio 2024
Los medicamentos termolábiles son aquellos que pueden verse alterados por el calor, lo que hace que sean necesarias unas condiciones concretas de almacenamiento y transporte para así asegurar su eficacia, calidad y seguridad. Algunos ejemplos de medicamentos termolábiles son las insulinas, vacunas, colirios, algunos antibióticos, tratamientos de fertilidad y algunos probióticos.
Para conseguir que el fármaco llegue intacto al paciente, se debe seguir una correcta cadena de frío, un proceso logístico que asegura el mantenimiento de estas condiciones de temperatura a lo largo de la cadena de suministro.
Las propiedades del medicamento pueden verse afectadas de diversas formas, el grado de modificación dependerá de la temperatura alcanzada y el tiempo de exposición:
- Químicos: Como oxidación, reducción, hidrólisis, evaporación de disolventes y destrucción de sustancias.
- Físicos: Cambios en apariencia y uniformidad.
- Terapéuticos: Alteraciones en los efectos terapéuticos.
- Toxicológicos: Formación de productos tóxicos.
- Microbiológicos: Proliferación de microorganismos.
Identificación y conservación de medicamentos termolábiles
Este tipo de medicación tiene que cumplir unas características concretas para poder ser identificado, como el etiquetado, ya que en el envase del medicamento debe figurar un símbolo de un copo de nieve que indica que se trata de un medicamento termolábil. También suele incluirse en el prospecto del medicamento información detallada sobre las condiciones de conservación para el medicamento.
Todo esto está recogido en el Real Decreto 1345/2007, en el que indica que los laboratorios deben proporcionar información sobre la conservación del medicamento en el embalaje exterior. Además, dependiendo del fármaco necesitará una serie de medidas concretas respecto a la temperatura, que pueden ser:
- Nevera: La mayoría de los medicamentos termolábiles deben almacenarse en la nevera, concretamente a una temperatura que esté comprendida entre 2ºC y 9ºC.
- Congelador: Algunos fármacos, como ciertas vacunas, necesitan ser congelados a más bajas temperaturas.
- Temperatura ambiente: En algunos casos excepcionales, un medicamento termolábil puede conservarse a temperatura ambiente durante un tiempo limitado. Todo ello se indicará en el envase y prospecto.
El farmacéutico es clave en la cadena del frío del medicamento
El farmacéutico juega un papel muy importante pues es el que garantiza el mantenimiento de la cadena de frío de los medicamentos termolábiles. Su intervención se puede enfocar en:
- Revisión visual: Control e inspección del embalaje para detectar posibles daños o alteraciones que puedan poner en riesgo la seguridad, calidad y eficacia del producto.
- Control de temperatura: Asegurar, mediante dispositivos como registradores de datos o termómetros, que la temperatura durante el transporte se haya mantenido dentro de los rangos indicados por el fabricante.
- Comprobación de la documentación: Revisar que el envío incluye toda la documentación necesaria, como certificados de temperatura y registros de almacenamiento.
Una vez que se ha hecho todo lo anterior y es correcto, el farmacéutico procederá a almacenar los medicamentos en su oficina de farmacia. Para ello debe tener en cuenta lo siguiente:
- Ubicación correcta: Asegurándose que el sitio cumpla con los requisitos de temperatura y humedad que requiere el fármaco.
- Rotación de stock: Establecer sistemas que ayuden en la rotación de stock, para que el medicamento que lleve más tiempo almacenado sea el primero en salir, de esta manera evitamos que caduquen.
- Monitoreo continuo: Se debe tener un control constante de las condiciones ambientales del almacén de la farmacia para mantener los fármacos en condiciones óptimas.
En caso de sospecha de exposición a cambios de temperatura en el medicamento, el farmacéutico deberá consultar la ficha técnica del fármaco y proceder mediante un listado de aquellos que se hayan visto afectados, la revisión de la estabilidad de cada medicamento y realizando una consulta al laboratorio para determinar la aptitud para su uso.
Para garantizar la actividad farmacológica de los medicamentos, se debe hacer un uso racional de estos y los farmacéuticos también pueden ayudar a dar a conocer a los pacientes sobre las condiciones especiales de conservación en sus hogares.