Cervicalgia: una dolencia frecuente y de consulta habitual en la farmacia

El dolor cervical es una molestia muy habitual, que ocurre por anomalías o lesiones en las partes blandas, músculos, ligamentos, discos y nervios y, en menor grado, en las vértebras y articulaciones.

En los jóvenes, las principales causas son los traumatismos, las contracturas musculares y las posturas inadecuadas mantenidas en el tiempo, que sobrecargan la musculatura y activan los nervios del dolor. También, el estrés aumenta la rigidez de la musculatura y dificulta la flexibilidad. 

Mientras tanto, en lo que respecta a las personas mayores, el principal motivo de dolor se produce por cambios degenerativos en los huesos, como la artrosis.

¿Cuáles son los síntomas de la cervicalgia?

Además de dolor en el cuello, se puede sentir entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo, en los dedos u otras partes del cuerpo. También pueden darse dificultad para mover el cuello con normalidad -lo que se conoce como cuello rígido- y, en algunos casos, mareos y cefaleas. 

¿Cómo tratar el dolor cervical?

El principal tratamiento farmacológico es el paracetamol para disminuir el dolor, aunque si no se mejora se puede combinar con algún antiinflamatorio. Si hay espasmo muscular, un relajante puede ayudar a recuperar la movilidad.

El uso de collarines o almohadillas cervicales es otra opción que debe ser prescrita por un especialista y que tiene como misión combatir el dolor, mediante la relajación de la musculatura. El collarín debe combinarse con fisioterapia y rehabilitación, y no se debe usar de forma prolongada para evitar posibles dependencias que no harían más que complicar la recuperación.

En cualquier caso, en el momento que esta molestia complique el desarrollo de la vida diaria, se recomienda encarecidamente visitar al médico de cabecera.

Consejos para aliviar los dolores cervicales

Las recomendaciones desde la farmacia para prevenir o aliviar esta dolencia son:

• Mantener una higiene postural y evitar permanecer mucho tiempo en la misma posición.
• Aprender a relajarse.
• Elegir un colchón y almohada adecuados.
• Acudir al fisioterapeuta cuando sea necesario.
• Realizar ejercicios de estiramiento del cuello.
• Utilizar las pantallas (televisiones, ordenadores…) a la altura de los ojos.
• Colocar el reposacabezas inclinado hacia adelante y con la parte superior situada a la altura del límite superior del cráneo.