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Cuidados básicos para tus pies

A menudo los pies son los grandes olvidados en lo que a cuidados cosméticos se refiere, por lo que es importante concienciarnos sobre la importancia de no dejar de lado esta parte del cuerpo. Aceites, emulsiones, geles o aditivos para baños pueden ayudarnos a cuidar al pilar de nuestros pasos.

Cuidado de los pies

Escrito porRedacción MF

Publicado: 19 septiembre 2022

Las cremas y geles están destinados a ablandar, suavizar e hidratar la piel, y suelen incorporar compuestos como el hamamelis (acción astringente), el ruscus (vasoconstrictor), sales de amonio cuaternario y ácido undecilénico, como bactericidas y fungicidas o glicoles, y mucopolisacáridos (hidratantes). Además, los geles se diferencian de las cremas por su mayor efecto refrescante y su fácil aplicación.

También existen aditivos para baños de pie: productos formulados en polvo, generalmente sales carbonatadas como el perborato sódico, que liberan CO2 y favorecen la vasodilatación periférica. Asimismo, pueden incorporar activos con acción específica como ácido glicirrético con propiedades antiirritantes, extracto de manzanilla por su acción suavizante y emoliente, y aceites esenciales de salvia, romero o lavanda que favorecen la reepitelización y son estimulantes y refrescantes.

Lavar, secar e hidratar

Respecto al lavado, se debe realizar con agua tibia o fría, con una duración aproximada de diez minutos y empleando un jabón con pH fisiológico. Por su parte, el lavado debe realizarse de forma minuciosa, sobre todo en la zona interdigital, para prevenir la infección por hongos y/o bacterias. 

También es importante aplicar regularmente cremas hidratantes en los pies para evitar la formación de durezas, callosidades y grietas y mantener un estricto cuidado de las uñas, que deben cortarse en línea recta, sin picos y siguiendo la morfología del dedo.

Cuidado con el calzado

Al hablar del cuidado de los pies es fundamental elegir correctamente el calzado. Por ello, debemos asegurarnos de que la talla es la adecuada y probarnos ambos zapatos antes de comprarlos, ya que es frecuente que un pie sea más ancho o largo que el otro. 

Además, los zapatos deben ser ligeros, flexibles y blandos. Se aconsejan los fabricados en piel, sin costuras en el antepié, que permitan el uso de plantillas y que tengan un buen apoyo y amortiguación del talón.