Atrás El rol del farmacéutico en la lucha contra la falsificación de recetas sanitarias

El rol del farmacéutico en la lucha contra la falsificación de recetas sanitarias

La falsificación de recetas supone un problema que afecta a la integridad del sistema sanitario. Combatirlo desde la farmacia es clave para evitar poner en riesgo la salud de las personas.

Farmacéutica revisa una receta médica

Escrito porRedacción MF

Publicado: 04 abril 2024

Según datos aportados en la edición de Infarma Madrid 2024 por el Instituto de Seguridad Farmacéutica, el año pasado se cometieron 5.063 delitos relacionados con el tráfico ilegal de medicamentos, un problema creciente frente al que hay que tomar medidas. Tal y como indican, estas infracciones están relacionadas con medicamentos falsos que se fabrican en laboratorios clandestinos, pero también han crecido las falsificaciones de recetas médicas para adquirir medicamentos que no son dispensados sin ellas.

Las recetas privadas en papel son las más susceptibles de falsificación, mientras que las que son en formato electrónico, las recetas oficiales públicas en formato papel y las órdenes de medicación de hospitales lo son, pero en menor medida. 

Fármacos con más recetas falsificadas

En cuanto al tipo de medicamentos, los sedantes como las benzodiacepinas, los ansiolíticos y los medicamentos con codeína son los fármacos para los que más se falsifican las recetas, seguidos de hipnosedantes, vigorizantes sexuales, opiáceos mayores y medicamentos para adelgazar.

Las causas más habituales de este delito de falsificación y uso fraudulento de los medicamentos son la automedicación en enfermedades no controladas por la medicación prescrita o el síndrome de abstinencia provocada por fármacos que generan dependencia. Otro de los motivos del falseo de las recetas es el consumo recreativo de ciertos medicamentos, especialmente aquellos que son psicoactivos euforizantes, potenciadores o aquellos que son usados en los casos de sumisión química.

¿Cómo detectar una receta falsa?

Además de las medidas que se puedan tomar desde los organismos regulatorios y de control, desde la farmacia también se puede ayudar a luchar contra este delito, ya que afecta a la integridad del sistema sanitario y también pone en riesgo la salud de las personas.

Aunque no es tarea fácil, desde el mostrador se pueden tener en cuenta algunos aspectos de cara a reconocer las recetas falsas. Algunos de los signos ante los que hay que estar atentos y que podrían alertarnos de que una receta no es lícita son: 

  • Datos incompletos: las recetas deben incluir los datos completos del paciente (nombre, apellidos, identificación y tipo de aportación en el caso de las financiadas por la seguridad social), médico (nombre, apellidos, número de colegiado, firma y CIAS, en caso de las de la seguridad social) y detalle de la prescripción (principio activo o nombre del medicamento, dosis y forma farmacéutica).
  • Formato de la receta: es importante que en las recetas con formato oficial (seguridad social, mutuas…) el farmacéutico ponga especial atención en que el color, tipo de papel o tipografía de letra usada sea la correcta.
  • Informados de las alertas: en muchas ocasiones se emiten alertas para farmacéuticos sobre numeraciones de talonarios sustraídos o de sellos que han sido robados, estar al día podría ayudar a detectarlos.
  • Especial atención a determinados fármacos: aunque las recetas falsas pueden ser de cualquier medicamento, hay algunos que son más comunes. Como ya hemos comentado anteriormente, habrá que extremar la precaución con los sedantes, ansiolíticos, aquellos con codeína, hipnosedantes, vigorizantes sexuales, opiáceos mayores y medicamentos para adelgazar.
  • En caso de duda, consultar con el médico prescriptor: si existen sospechas de que la receta puede estar falsificada, lo mejor es no dispensar el medicamento y ponerse en contacto con el médico prescriptor para confirmar que es veraz.