Atrás Insomnio y verano: el rol del farmacéutico en la ayuda al paciente

Insomnio y verano: el rol del farmacéutico en la ayuda al paciente

Con la llegada del verano nuestro sueño empeora. El calor, los cambios en la rutina y los viajes pueden hacer que durmamos menos o peor. Estos son los consejos que puedes dar a los pacientes desde la farmacia.

persona durmiendo en la playa

Escrito porRedacción MF

Publicado: 24 junio 2024

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 25% y un 35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10% y un 15%, unos cuatro millones de adultos españoles, sufre de insomnio crónico. En verano, los casos de trastornos del sueño aumentan, debido a diversos factores, como el calor, los cambios en las rutinas diarias y las vacaciones. 

El insomnio, si se alarga mucho en el tiempo, está asociado con un aumento en el riesgo de diversas enfermedades, incluyendo problemas cardiovasculares. Dormir mal o poco incrementa los niveles de estrés, altera el metabolismo y puede llevar a una presión arterial alta y otras complicaciones cardíacas. Durante el verano, con los cambios que se producen, este sueño deficiente puede darse más a menudo, lo que puede interferir directamente en la salud.

Los farmacéuticos, como profesionales de la salud más accesibles, juegan un papel crucial en la ayuda a los pacientes que tienen problemas para dormir. Dar consejos desde el mostrador para mejorar el sueño durante el verano puede mejorar la calidad de vida de los pacientes que acuden a la farmacia.

¿Por qué dormimos peor en verano?

Hay diversos motivos por los que nuestro descanso empeora durante los meses de verano:

  • Clima más cálido: el verano es la temporada en la que hace más calor, estas temperaturas dificultan el sueño y el descanso nocturno. En condiciones normales, la temperatura corporal desciende un par de grados una o dos horas antes de acostarse, y sigue bajando mientras dormimos para tener un mejor descanso. Sin embargo, con el calor este proceso no se realiza de la misma manera, lo que impide conciliar bien el sueño y provoca desvelos durante la noche.
  • Horario de verano: en este periodo del año, los días son más largos y tienen más horas de luz solar. La luz reduce la cantidad de melatonina que produce el organismo, la hormona que indica al cuerpo que es hora de dormir, por lo que es normal que se tenga menos ganas de ir a la cama y la hora de acostarse se alargue.
  • Más vida social: el estilo de vida durante el verano y durante el invierno no es el mismo. En la época estival aumentan las relaciones sociales y los planes, y las comidas se alargan. Todo esto hace que cambien los hábitos y, con ellos, los ritmos circadianos que regulan el sueño.

Los ritmos circadianos afectan a la eficacia de los fármacos

Es importante saber que los ritmos circadianos son ciclos biológicos de aproximadamente 24 horas que regulan diversas funciones corporales, incluyendo el sueño y el metabolismo. Investigaciones recientes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han revelado que estas variaciones circadianas en la función hepática desempeñan un papel importante en cómo se descomponen los medicamentos en el cuerpo. Se ha observado que administrar medicamentos en diferentes momentos del día podría afectar significativamente su metabolismo y eficacia.

Además, se ha identificado que más de 300 genes hepáticos siguen un reloj circadiano, influyendo en el metabolismo de fármacos como el paracetamol y la atorvastatina. Por ejemplo, la enzima CYP3A4, que participa en el procesamiento de aproximadamente el 50% de todos los medicamentos, muestra un ciclo circadiano que puede afectar la toxicidad y eficacia de los fármacos. Administrar estos medicamentos en el momento adecuado del día puede maximizar su eficacia y minimizar efectos adversos.

Consejos útiles para mejorar el descanso en verano

Los farmacéuticos pueden desempeñar un papel vital en la identificación y manejo del insomnio en pacientes, además pueden brindar consejos para evitar que el verano pase factura al descanso:

  • Educación sobre higiene del sueño: asesorar a los pacientes sobre prácticas que promuevan un buen sueño, como mantener una rutina de sueño regular, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse, y crear un ambiente propicio para dormir.
  • Recomendación de productos: sugerir el uso de productos de venta libre como melatonina o infusiones de hierbas que promuevan el sueño, siempre evaluando posibles interacciones con otros medicamentos que el paciente esté tomando.
  • Monitoreo y derivación: Identificar signos de insomnio crónico y posibles complicaciones cardiovasculares, y derivar al paciente a un médico para una evaluación más completa si es necesario.