Abordaje de enfermedades renales desde la farmacia

Cuando estamos de vacaciones es común no prestar atención a la cantidad de agua que ingerimos. Además, tenemos una mayor exposición al sol y es más frecuente desarrollar actividades en exterior. Por estas razones, no nos percatamos de la cantidad de líquidos que estamos perdiendo. Sin embargo, en nuestro organismo esto produce una acumulación de sales, calcio, ácido úrico y otros minerales en nuestro riñón generando cálculos renales, también conocidos como “piedras” en el riñón. 

Se estima que los casos de cálculos renales aumentan en los meses de julio a septiembre hasta un 40% y, aunque tengan solución, no prestar atención puede acarrear consecuencias graves. Por eso, desde la farmacia es importante detectar estos casos de manera que se pueda advertir al paciente y que pueda acudir a su médico de cabecera. 

¿Cómo detectar un caso sospechoso?

Existen determinados casos en los que es conveniente prestar especial atención, como pueden ser:

• Personas mayores de 65 años.
• Personas que padezcan o hayan padecido enfermedades como diabetes, problemas de corazón, hepáticas o renales.
• Personas que tomen medicamentos con potencial nefrotóxico.

Sin embargo, cualquier persona puede sufrir esta patología, por lo que habría que prestar atención a los siguientes síntomas:

• Reducción en la orina.
• Orina oscura.
• Hinchazón en las piernas y/o pies. 
• Sequedad y prurito en la piel.
• Sequedad de las mucosas.
• Cansancio.
• Confusión.
• Pérdida de peso.
• Taquicardias.

Si un paciente se acerca a la farmacia con síntomas como el cansancio, la confusión o la pérdida de peso, síntomas que son comunes con otras enfermedades, es conveniente que preguntemos por cuestiones relacionadas con la orina, de esta manera podremos asegurar nuestras sospechas y hacer las recomendaciones pertinentes.