Una buena salud bucodental va más allá de tener los dientes blancos
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Una buena salud bucodental va más allá de tener los dientes blancos
El color de los dientes varía según la genética y tener los dientes más amarillos no siempre es sinónimo de mala higiene bucodental; desde la farmacia se pueden dar las pautas a seguir para una correcta limpieza bucal.
Escrito porRedacción MF
Publicado: 10 noviembre 2025
Lograr una sonrisa de dientes blancos y relucientes no siempre está en nuestras manos. Y es que tener una buena salud bucodental no necesariamente es sinónimo de lucir una dentadura perfectamente blanca. De hecho, el color de los dientes puede variar en función de la genética: hay personas cuyas piezas dentales son más amarillentas y no tiene por qué implicar falta de cepillado, sino que el esmalte es traslúcido y refleja la dentina, que puede ser más o menos oscura.
Si bien es cierto que factores como fumar y tomar café o cúrcuma pueden aportar pigmentos externos, hay mucha gente que tiene muy buena higiene bucodental y presenta un color de dientes más amarillo que el de otras personas solo porque su capa interna es amarilla.
Sin embargo y, ante la duda, lo mejor es prevenir. Si se sospecha que hay placa o sarro acumulado, lo adecuado es programar una limpieza o, si se desea aclarar el tono natural, es recomendable acudir al dentista para valorar un blanqueamiento dental supervisado.
Claves para una buena salud bucodental
En cualquier caso, la salud bucodental va más allá del blanco de los dientes. Así, estas son algunas claves que se pueden dar desde la farmacia para una buena higiene bucal:
- Cepillarse los dientes después de cada comida. Es necesario cepillarse durante, al menos, dos minutos y no dejar pasar más de 20 minutos desde que se terminó de comer. Y, si no es posible hacerlo tras cada comida, lo ideal es cepillarse un mínimo de tres veces al día.
- Cambiar el cepillo de dientes regularmente. Es necesario hacerlo cada 3 o 4 meses, o antes si las cerdas están desgastadas, ya que pierden la resistencia que les permite eliminar la placa de forma adecuada. Además, son el hábitat perfecto para la aparición de multitud de virus.
- Utilizar un cepillo de dientes eléctrico permite una limpieza más profunda. Ejerce un movimiento rotatorio con el que se elimina mejor la placa bacteriana, sobre todo en las zonas a las que es difícil acceder con el cepillo manual, como la zona posterior de la dentadura. También elimina mejor la placa supragingival y los restos que se alojan en los espacios interproximales.
- Usar hilo dental todos los días. También se pueden usar, cepillos interproximales que, junto al colutorio ayudan a conseguir una correcta higiene bucal.
- La lengua también se debe limpiar. Para ello, se pueden emplear raspadores linguales o, incluso, el cepillo de dientes. Se debe realizar con un movimiento de atrás hacia delante para arrastrar las bacterias.
- Llevar una dieta equilibrada es esencial para tener unos dientes y unas encías saludables. Una dieta rica en cereales, frutas y verduras y productos lácteos proporcionará todos los nutrientes necesarios. Se deben evitar los alimentos azucarados, que producen ácidos que pueden erosionar el esmalte dental, abriendo la puerta a la aparición de caries.
- No fumar. El tabaco aumenta el riesgo de enfermedad de las encías, provoca mal aliento, decoloración de los dientes y otros problemas tanto de salud oral como de salud general.
- Visitar al dentista regularmente. La recomendación general es ir una vez al año para chequeos y limpiezas, pero dependiendo de las condiciones particulares de cada persona, es posible que estas visitas deban realizarse cada menos tiempo.