Atrás Dejar de fumar con consultas en la farmacia. ¿Por dónde empezar?

Dejar de fumar con consultas en la farmacia. ¿Por dónde empezar?

Existe una tendencia hacia dejar de fumar y los farmacéuticos juegan un papel crucial, ofreciendo apoyo y consejo en la lucha contra esta adicción, que causa más de 8 millones de muertes anuales en el mundo.

Dejar de fumar con ayuda de la farmacia

Escrito porRedacción MF

Publicado: 03 junio 2024

Las farmacias están demandando más productos para dejar de fumar, concretamente han aumentado un 54,5%, una tendencia dada a conocer por el nuevo Flash Tendencias de Cofares. Este dato podría indicar que cada vez son más las personas que están dando el paso de dejar el hábito tabáquico, una costumbre que acaba con más de 8 millones de muertes cada año en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque no es una tarea fácil, los profesionales sanitarios pueden ayudar en el proceso. Desde el mostrador, el farmacéutico es el sanitario más cercano a la población, por lo que puede aportar su servicio de cesación del tabaquismo, que consiste en dar información, consejo y apoyo a aquellos pacientes que estén decididos a dejar de fumar.

Para poner en marcha este servicio tan útil para la ciudadanía, las farmacias deben contar con varios recursos previos:

  • Zona de Atención Personalizada (ZAP): se debe disponer de un espacio físico aislado de la zona de dispensación para poder atender de manera individualizada y privada a cada paciente.
  • Difusión de contenidos antitabaco: la farmacia es un espacio para mejorar la salud, por este motivo es importante que en ella se encuentre información para dejar de fumar, esto puede hacerse mediante folletos, carteles o imágenes que animarán a los pacientes a pedir el servicio.
  • Registro de documentación: se necesita tener un registro seguro en el que archivar y ordenar toda la información del proceso, como pueden ser los informes del paciente. Es recomendable que se haga de manera digital, para así poder consultarlo de manera más sencilla.
  • Información sobre medicamentos y técnicas para dejar de fumar: los farmacéuticos que presten este servicio en sus farmacias tendrán que estar actualizados en cuanto a las novedades sobre medicación y guías para dejar de fumar. Para ello, se puede consultar las publicaciones de organismos como el Ministerio de Sanidad o incluso realizar cursos de formación específica.
  • Material necesario: para llevar a cabo las consultas de cesación del tabaquismo es necesario contar con algunas herramientas que ayudan a realizar un mejor seguimiento del paciente. Algunos ejemplos son una báscula o un tensiómetro con manguitos de diferentes tamaños.

Grado de adicción y motivación, claves para dejar el tabaco

En el proceso de dejar de fumar es importante tener en cuenta varios factores, como el grado de adicción que tiene la persona y la motivación para dejarlo, de esta manera se podrá valorar el éxito o no del programa. Para medirlos los farmacéuticos pueden recurrir a dos métodos:

  • Test de Fagerström: este cuestionario cuenta con seis preguntas en las que se tratan aspectos como la cantidad de cigarrillos consumidos al día, el tiempo que pasa entre uno y otro o los momentos del día en los que más se fuma. En función de las respuestas, que tienen una puntuación cada una, se establece una nota del 0 al 10 que representa el nivel de adicción de menos a más dependencia.
  • Test de Richmond: en este caso se realizan cuatro preguntas para saber el grado de motivación de la persona de cara a dejar de fumar. Esas preguntas, al igual que en el caso anterior, tendrán una puntuación que harán un valor final comprendido entre 0 y 10, donde entre 0 y 4 representa una motivación baja, de 4 a 7 una motivación media y más de 7 una motivación alta.

Seguimiento en el proceso de cese tabáquico

El papel de los farmacéuticos también será el de dar apoyo y hacer un seguimiento en el proceso de dejar de fumar del paciente. Para este punto, es recomendable elaborar un plan específico para mejorar la adherencia. El plan de visitas puede dividirse en tres:

  • Visita después de la dispensación: concretamente una semana después de comenzar con el tratamiento pautado, aquí se pueden identificar reacciones adversas o si hubiese falta de efectividad.
  • Visitas de seguimiento: se realizan en las semanas 2,4,8 y 12 desde el inicio del tratamiento. En ellas se debe estar alerta ante posibles efectos secundarios e identificar si existe síndrome de abstinencia.
  • Visitas de mantenimiento: son más tardías, se tienen en la semana 18, 24 y 56 y su función es acompañar en el proceso y prevenir posibles recaídas.