Riesgos del verano para la salud infantil y cómo evitarlos
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Riesgos del verano para la salud infantil y cómo evitarlos
El verano es sinónimo de juego y aventura para los más pequeños, pero también puede traer consigo riesgos para su salud. Estas son las recomendaciones que pueden darse desde la farmacia.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 12 agosto 2025
Las vacaciones de verano alteran completamente las rutinas de los niños. Y es que durante los meses de calor los niños pasan más tiempo fuera de casa, comen fuera con más frecuencia y se sumergen una y otra vez en piscinas o en el mar. Todo esto es muy divertido para ellos, pero también los expone a ciertos riesgos que pueden echar por tierra su descanso y, sobre todo, su salud.
Desde la farmacia comunitaria, los profesionales son agentes clave en la prevención, el asesoramiento y la detección temprana de los problemas que pueden sufrir los niños durante el verano . Entre los más comunes, destacan las picaduras de insectos, los trastornos digestivos, las otitis externas o las quemaduras solares.
Picaduras, mejor prevenir
Las picaduras de mosquitos, avispas u otros insectos suelen ser una de las causas más habituales de consulta en el centro de salud o farmacia durante el periodo estival. La recomendación más eficaz que se puede ofrecer desde el mostrador es la prevención, como el uso de ropa ligera que cubra bien la piel, especialmente al caer la tarde, o el uso de repelentes seguros para los niños, disponibles en formatos prácticos como sprays o pulseras.
En el caso de que la picadura ya se haya producido, lo más común es que en la zona haya enrojecimiento, picor e inflamación. En estos casos, se puede ofrecer productos calmantes con ingredientes como el aceite de árbol del té, así como cremas emolientes que alivien rápidamente las molestias. Si la reacción es intensa o no mejora, se debe acudir cuanto antes al médico.
Gastroenteritis: la hidratación es clave
Las infecciones gastrointestinales son muy comunes en verano, sobre todo por la conservación inadecuada de los alimentos o una higiene deficiente. En niños, los síntomas más frecuentes son vómitos, diarrea y malestar abdominal, con el riesgo añadido de una posible deshidratación.
En estos casos, las soluciones orales para la rehidratación son fundamentales y pueden recomendarse desde las farmacias. Es importante informar de que las bebidas con alto contenido en azúcar no son una buena opción para los más pequeños, además de transmitir la importancia demantener una alimentación equilibrada también en vacaciones. Asimismo, es clave educar a las familias en la correcta manipulación y conservación de alimentos, insistiendo en el lavado de manos, el uso de agua potable y la separación de alimentos crudos y cocinados.
Otitis del nadador, un clásico evitable
La otitis externa es una de las inflamaciones más frecuentes en verano, ya que suele estar provocada por la humedad que se acumula en el canal auditivo tras los baños largos en las piscinas o el mar. El dolor de oído es el síntoma más habitual y motivo de muchas consultas en la farmacia.
Los farmacéuticos pueden en estos casos recomendar el uso de tapones y gorros de baño como medidas preventivas, además de insistir en el buen secado del oído tras sumergirse. En caso de dolor persistente o secreción, se debe acudir siempre al pediatra.
Quemaduras solares
Durante las vacaciones, los niños están más expuestos al sol y si los padres o cuidadores no prestan especial atención a la hora de aplicar la protección solar pueden sufrir quemaduras solares en la piel, especialmente en las horas centrales del día.
Hay que tener en cuenta que la piel de los más pequeños es mucho más delicada que la de los adultos y más vulnerable a los efectos nocivos del sol. Desde la farmacia comunitaria, se debe insistir en la importancia del uso diario de fotoprotectores pediátricos de amplio espectro, con un factor de protección solar (SPF) alto, aplicados al menos 30 minutos antes de la exposición y reaplicados cada dos horas, o después de cada baño. También es recomendable fomentar el uso de ropa con protección UV, gorras y gafas de sol homologadas.
Si a pesar de las medidas preventivas se produce una quemadura solar, los siguientes cuidados que se deben hacer son: evitar nuevas exposiciones solares, aplicar productos post-solares calmantes con aloe vera o pantenol, y asegurar una buena hidratación del niño. En casos en los que aparezcan ampollas, fiebre o dolor intenso, se debe derivar inmediatamente al pediatra.