Blautia, la bacteria guardiana frente a los trastornos alimentarios

El microbioma intestinal está compuesto por millones de microorganismos vivos que procesan los alimentos, extraen los nutrientes y sintetizan diversos compuestos esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo. De entre todos ellos, hay una bacteria, conocida como Blautia, del filo Bacillota, que podría ser clave a la hora de controlar la adicción a la comida.

Así lo sugiere un estudio publicado en la revista científica Gut, del British Medical Journal (BMJ), liderado por científicos españoles. Tras investigar tanto en modelos animales (ratones) como en humanos y, en ambos casos, se observó una correlación entre la cantidad de esta bacteria en las heces de ambas cohortes y la disminución considerable frente a la necesidad de comer de manera compulsiva.

De ahí se desprende que, si hay un vínculo directamente proporcional entre Blautia y la adicción a la comida, puede ser un camino por explorar hacia futuros tratamientos frente a este trastorno alimenticio y otros relacionados (como la obesidad o la anorexia, si se utilizase esta bacteria con un fin completamente opuesto).

El objetivo del estudio era precisamente ese: conocer los potenciales mecanismos subyacentes en la microbiota intestinal que propician los desajustes alimentarios. En ese sentido, también destacan que la administración de hidratos de carbono no digeribles, como la lactulosa o la ramnosa (prebióticos que favorecen la cantidad de Blautia en el intestino) repercutió en el aumento en la población de esta bacteria y una mejora significativa en los niveles de adicción a la comida. En el caso concreto de la cohorte humana, se administró de forma oral Blautia wexlerae, con idénticos buenos resultados.

En el otro lado estarían las bacterias del filo Proteobacteria, que tendrían efectos no beneficiosos en este sentido. En concreto, se las relaciona con microorganismos inflamatorios intestinales.

Sea como fuere, las investigaciones para controlar los trastornos alimentarios se centran en especial en la obesidad, un problema de salud pública en las sociedades occidentales. En España, uno de cada cuatro adultos tiene obesidad. Y la aparición de nuevos y esperanzadores fármacos en este sentido podría cambiar el paradigma actual. Al igual que la investigación relativa a la microbiota intestinal.