Atrás Descubren que las personas con autismo podrían tener un microbioma intestinal único

Descubren que las personas con autismo podrían tener un microbioma intestinal único

Una nueva investigación ha sugerido que los niños con autismo podrían tener un perfil único de microbioma intestinal, lo que podría revolucionar su diagnóstico y permitir detectar este trastorno de manera precoz.

Microbiota

Escrito porRedacción MF

Publicado: 04 septiembre 2024

Los niños con autismo podrían tener un microbioma intestinal único, según ha desvelado un reciente estudio, este descubrimiento podría abrir la puerta a nuevas herramientas de diagnóstico más objetivas que las actuales.

Tradicionalmente, el diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) depende en gran medida de las observaciones de comportamiento realizadas por los padres y los profesionales de la salud. Sin embargo, este enfoque subjetivo puede dar lugar a errores debido a las diferencias en la presentación de síntomas según el género, la cultura, y otros factores individuales.

Un estudio reciente publicado en Nature Microbiology refuerza la creciente evidencia de que el microbioma intestinal, es decir, el conjunto de microorganismos que habitan en el intestino, podría ofrecer una vía más objetiva para diagnosticar el autismo. Los investigadores de la Universidad China de Hong Kong analizaron más de 1.600 muestras de heces de niños de entre 1 y 13 años, identificando biomarcadores específicos en los niños con TEA.

Un gran avance que podría mejorar el diagnóstico precoz

Estos biomarcadores, que incluyen bacterias, hongos y virus intestinales, podrían servir como base para una herramienta diagnóstica que permita identificar el autismo de manera más temprana y precisa. Según los autores del estudio, este enfoque ayudaría a los niños a acceder a tratamientos más efectivos en una etapa más temprana de su desarrollo.

Durante años, los científicos han explorado diversas posibilidades, desde estudios genéticos hasta análisis de imágenes cerebrales, en busca de indicadores de confianza que alerten del TEA. Sin embargo, estos enfoques han tenido un éxito limitado. Recientemente, algunas investigaciones han comenzado a centrarse en el microbioma intestinal, sugiriendo que las heces, una ventana a los billones de microorganismos que residen en el intestino, podrían ofrecer respuestas más claras.

Este nuevo estudio destaca no solo por su gran escala, sino también por su enfoque integral. A diferencia de estudios anteriores que se concentraban principalmente en bacterias, este trabajo también investigó hongos, arqueobacterias, virus y procesos metabólicos, identificando 31 firmas biológicas que diferenciaban a los niños con TEA de otros.

Aunque los resultados son prometedores, los expertos advierten que aún es necesario realizar más investigaciones. La aplicabilidad clínica de estos biomarcadores en el diagnóstico del autismo aún debe ser validada por estudios más amplios y diversos. Además, es clave aclarar cómo se relaciona exactamente el microbioma con el desarrollo del TEA y si estos microorganismos juegan un papel causal en el trastorno.