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Abordar la obesidad desde la farmacia

La obesidad supone un problema de salud pública especialmente en nuestro país, donde la prevalencia de esta patología ha ido en aumento en las últimas décadas afectando a todo tipo de personas, sin importar factores como  el género o la edad.
 

Abordar la obesidad desde la farmacia

Escrito porRedacción MF

Publicado: 07 marzo 2024

Se estima que en España el 30% de la población padece obesidad, una de las enfermedades con mayor impacto en la salud física y mental. Es por ello que durante el 2023 se popularizaron fármacos usados para la diabetes con el objetivo de perder peso. Sin embargo, incluso desde la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) hicieron hincapié en que éste no es el objetivo principal de los fármacos, evidenciando, una vez más, que estamos hablando de un problema de salud pública. 

“Estas nuevas soluciones que se irán incorporando a nuestro arsenal terapéutico uno son ‘fármacos para adelgazar’ son fármacos que te ayudan a mantener hábitos y mantener tu peso saludable, no buscan un número en la báscula, sino que ayudan a mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones de la obesidad. Y, de hecho, los resultados derivados de estos fármacos son positivos si son manejados por equipos multidisciplinares expertos. (...) Esta potencia farmacológica, nunca antes vista (con reducciones de peso de hasta el 25%), necesita de cambios en el estilo de vida y requiere de acompañamiento experto”, explicó el Dr. Cristóbal Morales, presidente del Comité Organizador del XIX Congreso Nacional SEEDO.

Son numerosos los estudios que han relacionado la obesidad con diferentes afecciones físicas y mentales. Recientemente, en un artículo de la revista científica Obesity se ha determinado que la grasa abdominal (como tejido adiposo subcutáneo o tejido adiposo visceral) se asocia a una peor salud cerebral, que se traduciría en mayor riesgo de demencia. Estos tipos de estudios ponen en relieve que las formas convencionales de medir nuestro peso, como el índice de masa corporal (IMC), no muestran realmente todos los aspectos que influyen en nuestra salud física. 

Control y seguimiento desde la farmacia

Existen farmacias que pueden ofrecer servicios de nutrición a sus pacientes para que mejoren la calidad de su ingesta diaria. Ofreciendo dietas especializadas en base a análisis que especifiquen las necesidades de cada persona. 

Otras de ellas, especializadas en ortopedia, pueden ofrecer consejos sobre cómo estos pacientes pueden proteger su sistema locomotor, tanto en su rutina como a la hora de iniciarse en el ejercicio. Debemos comprender que el exceso de grasa interfiere con el metabolismo óseo, pudiendo derivar en fracturas u otro tipo de enfermedades óseas. 

Sin embargo, además del asesoramiento personal, desde todas las farmacias podemos ofrecer distintos servicios en cuestión de prevención, control y seguimiento de esta patología y de otras que pueden derivar de ella:

  • Prueba de glucosa. Con ella medimos la cantidad de glucosa en sangre y sirve para determinar riesgo de diabetes o control de la misma. Si los niveles de glucosa de un paciente son normales pero tiene antecedentes u otros factores de riesgo debemos recomendarle que se realice un seguimiento. De la misma manera haremos con aquellos que tengan unos valores ligeramente elevados (entre 110 y 120 mg/dl). Si los niveles son superiores, deberemos derivar a nuestro paciente a su médico de cabecera. 
  • Prueba de colesterol. En caso de detectar valores por encima de los 200 mg/dl en pacientes con obesidad, deberemos recomendarles hacer cambios en la dieta. Por un lado, reducir alimentos ricos en grasas saturadas que aumentan los niveles de colesterol, como pueden ser los lácteos, la repostería industrial o las carnes grasas. Y, en su lugar, que incorporen alimentos como el pescado, azul y blanco, legumbres, verduras y frutas así como carnes de ave y magras que son ricos en grasas insaturadas. 
  • Prueba de triglicéridos. Con un solo pinchazo y una pequeña muestra de sangre, podemos medir la concentración de triglicéridos, los cuales son un parámetro clave para la detección del riesgo cardiovascular.