Atrás Los alimentos ultraprocesados podrían acelerar los síntomas iniciales del párkinson

Los alimentos ultraprocesados podrían acelerar los síntomas iniciales del párkinson

Un estudio publicado en la revista Neurology relaciona una dieta rica en ultraprocesados con un mayor riesgo de desarrollar síntomas prodrómicos de párkinson, como pérdida de olfato o trastornos del sueño.

Los alimentos ultraprocesados podrían acelerar los síntomas iniciales del párkinson

Escrito porRedacción MF

Publicado: 14 mayo 2025

El consumo excesivo de alimentos ultraprocesados - característicos por ser bajos en nutrientes y ricos en azúcares, grasas saturadas y sal-  podría estar relacionado con una mayor probabilidad de manifestar síntomas tempranos de Párkinson. Así lo confirma la revista científica Neurology en un estudio reciente donde investigadores de la Universidad de Fudan (China) analizan a más de 42.853 pacientes en un periodo de 26 años.

El estudio se centró en los llamados síntomas prodrómicos del párkinson, es decir, señales no motoras que suelen aparecer años antes del diagnóstico clínico. Entre ellos, destacan la pérdida del olfato (anosmia), el estreñimiento, la somnolencia diurna excesiva, la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño REM. Según los autores, quienes consumían mayores cantidades de ultraprocesados presentaban hasta un 25% más de probabilidad de experimentar estos signos en comparación con quienes tenían una ingesta baja.

Aquellos que consumían mayores cantidades de ultraprocesados presentaban hasta un 25% más de probabilidad de experimentar síntomas prodrómicos

Los investigadores utilizaron los datos del Nurses’ Health Study y del Health Professionals Follow-up Study, dos grandes cohortes observacionales que recogen información sobre dieta, estilo de vida y salud de profesionales del ámbito de la sanidad. Durante el seguimiento, se evaluó la dieta de los participantes mediante cuestionarios alimentarios cada cuatro años. En base en esta información, se clasificó el consumo de ultraprocesados utilizando el sistema NOVA, ampliamente validado en investigación nutricional.

Los participantes con mayor ingesta obtenían hasta un 28% de su energía diaria a partir de alimentos ultraprocesados, mientras que la otra parte no superaba el 11%. Tras ajustar por factores como edad, actividad física, tabaquismo, consumo de alcohol, energía total y otros componentes de la dieta, la vinculación entre causa y efecto siguió siendo significativa.

Aunque los autores aclaran que el estudio es observacional y que, por tanto, no se puede probar una relación causal, han logrado sacar una serie de conclusiones sobre la asociación de estos alimentos y enfermedad. Destacan el papel de la inflamación crónica de bajo grado, inducida por los aditivos presentes en la mayoría de ultraprocesados, como emulsionantes, conservantes y colorantes. Todo ello, sumado a un perfil nutricional bajo en nutrientes, que contribuye al deterioro neurológico de quien los consume.

El perfil nutricional pobre de estos productos puede contribuir al deterioro neurológico

Otra de las hipótesis detrás del consumo de este tipo de alimentos es la disbiosis intestinal: la ingesta habitual de ultraprocesados altera la microbiota, lo que podría influir negativamente en el eje intestino-cerebro, una vía de comunicación bidireccional que ha cobrado creciente interés en enfermedades neurodegenerativas.

El estudio también ha logrado identificar los principales productos que más se relacionan con los síntomas prodrómicos, que son, fundamentalmente, las bebidas azucaradas, los postres industriales, las carnes procesadas y los snacks empaquetados.

De esta manera, se recomienda limitar el consumo de ultraprocesados y adoptar patrones alimentarios que incluyan dietas equilibradas, como la mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva. De esta manera, no solo se logra prevenir enfermedades cardiovasculares y metabólicas, sino que también protege de patologías neurodegenerativas o, al menos, ralentiza la aparición de sus primeros síntomas.

Así, a pesar de que se requieren más estudios para confirmar estos hallazgos y comprender mejor los mecanismos implicados, esta investigación subraya la importancia de la dieta en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson.