Dieta detox tras las festividades navideñas: ¿es realmente beneficiosa?

Tras la temporada navideña, caracterizada por un consumo más elevado de azúcares, alcohol y comida ultraprocesada, son muchos los pacientes que intentan "depurar" su cuerpo a través de las conocidas como dietas detox.

Bajo este término se agrupan propuestas muy diversas, muchas de ellas divulgadas por las redes sociales. Entre las más habituales se encuentran las dietas a base de zumos o batidos de frutas y verduras durante varios días, los planes centrados en un único alimento –como la piña, la manzana o caldos–, los programas que eliminan grupos completos de alimentos y los ayunos intermitentes o prolongados presentados como métodos de depuración. También existen suplementos o infusiones con supuestos efectos drenantes o depurativos que se promocionan como apoyo a estos planes. 

No obstante, desde una perspectiva científica, el organismo humano ya cuenta con mecanismos efectivos para la “desintoxicación”. Órganos como los riñones, el hígado, los pulmones y el intestino funcionan de manera ininterrumpida para expulsar los desechos del cuerpo y lo hacen sin necesidad de intervenciones externas drásticas en personas saludables.

Desde la farmacia es fundamental contextualizar estas peticiones y prevenir que el paciente relacione el término “detox” con una solución imprescindible o inofensiva después de los excesos de estas fechas.

Qué prometen las dietas detox y qué afirma la evidencia

Las dietas detox suelen prometer una rápida reducción de peso, el incremento de la energía, la eliminación de toxinas y una mejora en la digestión, entre otras muchas cosas. Sin embargo, estas afirmaciones no cuentan con un respaldo científico firme e, incluso, pueden llegar a ser prácticas peligrosas.

La reducción de peso que se aprecia con este tipo de dietas atiende al resultado de una restricción calórica y pérdida de líquidos, en lugar de una verdadera eliminación de grasa o toxinas. Asimismo, los datos disponibles señalan que no hay una definición concreta de "toxina" en este contexto, ni procedimientos alimentarios que puedan acelerar su eliminación más allá de la función habitual que tienen propiamente los órganos.

Algunas de estas dietas además pueden causar desequilibrios en la nutrición, hipoglucemia, cansancio, trastornos digestivos o falta de minerales, vitaminas y proteínas. Estos efectos son particularmente importantes en pacientes polimedicados, pacientes crónicos o de edad avanzada.

Perfiles de especial atención y posibles riesgos

A pesar de que numerosas dietas detox parecen ser inofensivas y naturales, pueden implicar muchos riesgos. Algunos de los problemas más comunes son:

• Sensaciones de debilidad y mareos, causadas por la limitación en la ingesta de calorías.
• Déficits nutricionales, sobre todo si se extienden por un largo periodo de tiempo.
• Cambios en el sistema digestivo, tales como estreñimiento o diarrea.
• Interacciones con tratamientos farmacológicos, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas.

El farmacéutico debe prestar especial atención a los pacientes que padecen diabetes, insuficiencia renal, trastornos digestivos o están en tratamiento con medicamentos que necesiten un consumo regular de alimentos, así como a las mujeres embarazadas.

Después de las fiestas, desde el mostrador se puede sugerir una alimentación equilibrada que incluya todo tipo de alimentos, como frutas, verduras, fibra y proteínas de alta calidad, así como una hidratación adecuada, para volver a la rutina alimentaria. Si se restablecen hábitos apropiados, los excesos ocasionales en personas sanas no suelen tener repercusiones graves. La regularidad de las comidas, la actividad física moderada y el descanso ayudan a que el equilibrio metabólico se restablezca.

Si el paciente tiene síntomas que se alargan en el tiempo como cambios digestivos prolongados, pérdida de peso involuntaria, fatiga fuerte o refiere ayunos extremos, es aconsejable externalizar la consulta al médico de cabecera o a un dietista-nutricionista.