¿Sufren los mismos efectos secundarios los hombres y las mujeres?

Es una realidad que los fármacos no afectan a todas las personas de la misma manera. Siempre se ha pensado que, al igual que la condición física, las diferencias de género podrían influir en la absorción, distribución, metabolismo y eliminación de los fármacos en el cuerpo. Es cierto que la forma en que los fármacos afectan a hombres y mujeres puede variar debido a diferencias biológicas, hormonales y metabólicas entre los sexos, pero no de una manera predecible.

En la investigación y desarrollo de fármacos, se ha vuelto cada vez más común considerar las diferencias de género y realizar estudios clínicos que incluyan tanto a hombres como a mujeres para obtener una comprensión más completa de la eficacia y seguridad de los medicamentos en ambos sexos.

Las mujeres, el género excluido de los ensayos clínicos

Las mujeres han sido excluidas de la participación en ensayos clínicos a lo largo de los años debido a factores como la probabilidad de embarazo o el temor a la distorsión del estudio por los cambios hormonales del ciclo menstrual. Esto ha llevado a un desconocimiento prolongado de los efectos secundarios de los fármacos en el género femenino y ha dado lugar a diversas especulaciones.

A día de hoy, la evidencia respalda que, debido a ciertos procesos biológicos, la respuesta a los fármacos no es igual en ambos géneros. A pesar ello, no es común diferenciar en la prescripción de fármacos entre hombres y mujeres, ni en la elección del fármaco ni en la dosis que se prescribe.

Recientemente, expertos de la Universidad de Harvard publicaron en la revista ‘Social Science and Medicine’ los resultados de una investigación realizada con datos de más de 33 millones de registros de reacciones adversas. La principal conclusión fue que existen cuatro vías a través de las cuales el género puede influir en las disparidades observadas en las bases de datos de farmacovigilancia: utilización de la atención sanitaria; prejuicios y discriminación en la clínica; experiencia de un evento farmacológico como adverso; y determinantes sociales y estructurales preexistentes de la salud. Esta investigación concluyó que no existe un patrón establecido que determine la diferencia de sexo como causa de mayor afección por fármacos.

Por otro lado, la Universidad Politécnica de Madrid realizó una investigación que mostró una diferencia significativa entre los efectos secundarios observados en mujeres y hombres al tomar el mismo medicamento. Esto indica la necesidad e importancia de considerar la variable de género al reposicionar un nuevo fármaco.

En resumen, la variabilidad en la respuesta a los fármacos entre hombres y mujeres es un fenómeno complejo y multifacético. La comprensión de cómo los fármacos afectan a hombres y mujeres de manera diferencial es un campo en evolución, y la consideración de la variable de género en la investigación y prescripción de medicamentos es crucial para garantizar una atención médica más precisa y equitativa.